Ballota, ballota, ballota. Como me ha gustado la etapa de
las ballotas Impresionante. Las etapas de nuestro camino tienen sus
aventurillas. Primero Ferran hoy tenia que volver a Barcelona y nos recogia el
coche en Llanes, haciendo dos transbordos en autobús de Alsa. No ha habido
manera. Asi que se ha marchado a Oviedo a disfrutar de la ciudad y creo que
ahora esta ya en el aeropuerto a la espera. En la etapa de hoy Chuqui se me ha
perdido. Me sabe fatal pero no he sufrido porque se hace valer de lo mas. Ha
pensado, ha cogido la carretera y poco a poco ha vuelto a coger el camino y ha
llegado. El león de Miranda se me ha caído dos veces por el camino: un resbalon
y una caída como dios manda. Pero como es de Miranda, no se quien ha sufrido
mas después de las caídas, el suelo o el. Independientemente de todo ello, que
no es poco, la etapa ha sido espectacular. Quien no haya hecho este itinerario,
tiene que hacerlo. Es muy bonito. Exigente, pero precioso. Para ello, hay que
escoger en un mojon del camino que indica dos opciones: recto el camino por
Ballota y a la izquierda el camino oficial. Sin dudarlo, tírense de cabeza al
camino por Ballota. El itinerario marca siete ballotas hasta llegar a Cadavedo,
cuya singularidad estriba en descender una senda hasta casi el nivel del mar,
para volver a ascender el perfil descendido hasta la siguiente población. Asi
dejamos Albuerne, Novellana, Castañeras (que
bonita la playa del silencio), Santa Marina, Bellota,Tablizo, Rebon y
por fin Cadavedo. Los caminos, es
verdad, han sido un autentico reto a la paciencia y concentración, dado el
estado del terreno, pero eso lo hace mas atractivo. Remontar y remontar el
desnivel perdido en un sinfín de barro y agua. Una autentica etapa del camino.
Richi y yo hemos llegado pronto y nos ha permitdo recuperar resuello con dos
cervezas negras antes de comer en La Regalina.
Acabo nuestra etapa con un recuerdo especial para Fer, mi
hermano, que hoy ha marchado ya para Barcelona. Tambien, y con un cariño
especial, para toda la familia Acevedo. Hoy estamos en su casa y es un placer
gozar de su cariño, de su apoyo, y de su aliento para nosotros. La familia
estima su tierruca y no puede ser de otra manera, porque es tremenda. Mañana si
o si estaremos inmortalizados ante la casa de la abuelina.

Fede, gracias por tus palabras, es un placer oir tus elogios hacia nuestra tierruca y más, sabiendo, la sinceridad que se percibe en ellos. Espero que os traten todo lo bien que os merecéis. Saludos y ánimos para todos!!!
ResponderEliminarEnsin dulda Julian, un placer terrible. Tratáronnos de luxu y la tierra rezume aquello de lo que sentise arguyosu. Gracies per tou.
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